Cuando una pareja decide casarse por la iglesia, dentro de la planificación de las distintas actividades que esto conlleva, la «decoración» es de suma importancia. Si bien es cierto que unas parejas le daran más importancia que otras y habrá quien destine más puntos económicos al banquete, luna de miel, etc.
Pero la decoración de una iglesia será el panorama general, el estilo que marcará vuestro gustos y carácter y que sorprenderá a todos los asistentes.
Saber diferenciar las zonas de la iglesia (altar mayor, retablo, baptisterio, presbiterio, ambón, coro, sede…) para decorarlas según el estilo arquitectónico es fundamental. No es lo mismo decorar una iglesia Románica que una iglesia Gótica. Los estilos compositivos de los trabajos florales serán totalmente diferentes.
La influencia de la luz del exterior es clave para realzar los trabajos y a los contrayentes. Por eso es de suma importancia su estudio y aportar luz artificial en caso de ser necesario, como velas, candelabros, velones, lámparas… para aportar más valor a la decoración y crear un ambiente especial y de recogimiento.
La alfombra es un complemento perfecto en una iglesia, pero no siempre ha de ser roja. Todo dependerá del estilo y los colores elegidos para la decoración.
Del mismo modo que los bancos, dependiendo de que estilo tengan, suelen decorarse, siempre sutilmente y sin estridencias. En una iglesia ha de seguirse un protocolo que previamente habremos acordado con el sacerdote o encargado de la parroquia.
Todos los elementos de la decoración de una iglesia han de estar conjuntados, tanto los estilos de los trabajos, como las bases que los contienen y por supuesto y más importante, las flores que utilizaremos. Si todo está bien estudiado y se deja en manos expertas, de floristas especializados, el día de tu boda será único y los momentos que viviréis perdurarán en el recuerdo de todos los que acudieron a vuestro enlace. Tener esto siempre muy en cuenta.
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